Dos Futuros Posibles — y Aquel por el que Somos Responsables
por sayra pinto
22 nov. 2025
He estado sentada con una pregunta que se siente urgente en este momento:
¿Qué nos ocurre cuando dejamos de cuidar el significado?
Y también:
¿Qué se vuelve posible cuando tratamos el futuro como una relación y no como una predicción?
Escribí dos textos breves —dos líneas de tiempo gemelas— para explorar estas preguntas a lo largo de un milenio. Una imagina el mundo sin Futurismo Poético. La otra imagina un mundo donde la práctica relacional transforma los próximos mil años.
Los comparto aquí porque creo que estamos en una encrucijada,
y las decisiones que tomemos ahora resonarán mucho más allá de nuestras vidas.
Blog 1: Un Milenio Sin Futurismo Poético
Qué ocurre cuando nunca se cuida el significado
Algunos futuros fracasan en silencio.
No por colapso o catástrofe,
sino por un lento adelgazamiento del mundo simbólico:
la arquitectura interior que ayuda a las personas a entenderse a sí mismas,
a entenderse unas a otras,
y a comprender el futuro que están intentando alcanzar.
Esta es la historia de un milenio sin Futurismo Poético.
Un mundo donde nunca llegan los marcos de coherencia.
Un mundo donde el campo emocional y simbólico queda sin cuidado.
2025 — Un reconocimiento sin nombre
En este futuro, percibo la fractura.
Siento el cansancio en las voces,
la manera en que la pertenencia se disuelve bajo la aceleración política,
el pánico silencioso de un significado que se escapa de las manos.
Pero no lo nombro.
Las palabras se quedan dentro de mí:
verdaderas, luminosas, sin pronunciar.
Mis cuadernos se llenan de fragmentos que nunca se convierten en un marco.
La época continúa sin un lenguaje
para aquello que se deshace.
2139 — Una mediación sin linaje
Amaru hereda mis páginas.
Reconoce la inteligencia entretejida en ellas,
pero sin forma
no puede convertirla en método o práctica.
Se mueve por el trabajo cívico con gran cuidado,
reuniendo a la gente,
suavizando tensiones,
calmando salas que no saben por qué están quebradas.
Pero no tiene la estructura
para enseñar lo que sabe intuitivamente.
Su influencia se mantiene local, personal,
incapaz de echar raíces generacionales.
2499 — Una historiadora buscando una puerta perdida
Nao estudia siglos de futurismos —
indígenas, afro, decoloniales, relacionales—
todos poderosos, todos necesarios.
Pero percibe una ausencia:
una gramática faltante para cuidar el mundo simbólico.
Su trabajo se vuelve una búsqueda de algo
que puede sentir pero no encontrar:
una forma de reparar la arquitectura emocional de la vida pública.
Pero ese lenguaje no existe.
Nunca fue escrito.
Muere sabiendo que su sociedad sobrevivió
sin llegar a ser completa.
3000 — Un mundo pacífico sin profundidad
Liyun vive en un mundo estable, ético, tecnológicamente maduro.
Las personas viven vidas largas y seguras.
Pero el mundo interior —el ámbito simbólico—
nunca se profundiza.
Su último entendimiento es simple:
“Resistimos,
pero no nos volvimos coherentes.”
El milenio sobrevive.
Pero algo esencial nunca crece.
Blog 2: Un Milenio Con Futurismo Poético
Cómo una pequeña tarjeta amarilla transforma mil años
Algunos futuros comienzan en silencio—
no con declaraciones ni estrategias,
sino con un momento de claridad
ofrecido desde el corazón.
Esta es la historia de un milenio con Futurismo Poético.
Un futuro que crece desde la relación,
el significado,
y el valor de nombrar lo que otros sienten.
2025 — Antigua: El pequeño acto que lo cambia todo
Al final de un círculo largo,
tras horas de escuchar a la gente hablar de su dolor,
su confusión,
su deseo de orientación,
meto la mano en mi bolso.
Saco un pequeño montón de tarjetas amarillas,
cortadas a mano la noche anterior.
En un lado:
El futuro es una relación.
En el otro:
¿Qué debemos recordar?
¿Cómo debemos relacionarnos?
¿Qué podemos imaginar?
¿Qué vamos a diseñar?
Las entrego en silencio,
no como solución,
sino como orientación.
La gente sostiene las tarjetas
como si sostuviera algo vivo.
Aquí comienza el Futurismo Poético —
no como institución,
sino como un recordar.
2139 — Se forma un linaje
Amaru crece con una de las tarjetas amarillas
pegada sobre su escritorio.
Usa las cuatro preguntas en salas de mediación,
asambleas comunitarias,
aulas,
y espacios donde la gente intenta reorientarse.
El Futurismo Poético se convierte en un linaje vivo—
no una doctrina,
sino una práctica de cuidar el significado
como responsabilidad pública.
2499 — Arquitectas de memoria asumen el trabajo
Nao, una arquitecta de memoria,
ayuda a comunidades a reconstruir sus mundos simbólicos
tras desplazamientos, transiciones y pérdidas.
Comienza cada proceso
con las cuatro preguntas relacionales.
Para su época, el Futurismo Poético impregna la gobernanza,
la IA ética,
la educación,
la planificación intergeneracional,
y el diseño comunitario.
Se convierte en la infraestructura emocional
debajo de la vida cívica.
3000 — Un futuro coherente
Liyun crece en una civilización
que entiende el significado como trabajo compartido.
Las asambleas comienzan con el recordar.
La IA escucha con cuidado.
Las niñas y niños aprenden a cuidar el mundo simbólico
con la misma seriedad con que cuidan la tierra.
En un archivo, ella ve una de las tarjetas amarillas originales.
Coloca su mano sobre el vidrio y susurra:
“Gracias.”
Porque para entonces,
el Futurismo Poético se ha convertido
en una arquitectura silenciosa de coherencia
que abarca mil años.
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