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HACIA UN MOVIMIENTO REHUMANIZANTE
POR comunidades organizadas
AFEDES & Movimiento Nacional de Tejedoras Ruchajixik ri qana’ojbäl
DESMI, A.C. de Chiapas, México.
For A Loving Future / Por Un Futuro Amoroso
Movimiento Nacional de Abuelas Comadronas Nim Alaxik
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Entendemos que este sistema colonial, patriarcal, capitalista, racista, extractivista y dominante necesita deshumanizarnos para tratar a todo lo que vive y todo lo que es como le place para mantenerse vivo. Entendemos que este sistema se adueña y utiliza todo para evolucionar y contínuamente establecer su dominación, inclusive ideas, prácticas, modelos, lenguaje y maneras de ser que surgen de nuestras luchas. Así también entendemos que la palabra solidaridad, nacido en ámbitos coloniales para ofrecer tal vez a que algun@s pudieran desarrollar la capacidad de tolerar exponerse a nuestras formas de sobrevivir, también no ha sido articulada por nosotr@s y que su manifestación tampoco has sido determinada por nuestras necesidades, intereses, saberes y querencias actuales. Ha habido un interés de obtener cierto sentimiento de catarsis, pertenecimiento, salvación moral, o tal vez aún un perdón.
Son visiones distintas del mundo y diferentes maneras de relacionarnos con la Madre Tierra, el sistema capitalista y los gobiernos que les facilitan la extracción de todo y cambio de leyes para facilitarles el camino. La de los pueblos originarios que tienen y tenemos conciencia y una relación estrecha con la naturaleza y buscamos cuidarla en bien de nuestros pueblos y del mundo, por eso defendemos nuestros territorios, amenazados por las grandes empresas poniendo en riesgo la vida de la humanidad. Por eso hoy la lucha es por la Vida. La humanización nace también de los principios cíclicos de la integralidad cósmica ya que es la manera de ver, de percibir, de vivir en consonancia con todo lo que nos rodea.
Proponemos que más allá aún de la reciprocidad existe la posibilidad de un proyecto de rehumanización sobre su ser, sobre el sentido de su vida, sobre las razones de su esfuerzo y su quehacer en el mundo y con sus movimientos (ciclos naturales). Es decir que nos podemos amar de tal manera en que nos reconstituímos como seres que emergieron de una plenitud de vida para servirla en torno. Es decir que somos seres que provienen del amor para multiplicarlo. Que de esa manera entonces aportamos al proyecto máximo natural de salvaguardar todo lo que vive y existe y que nos auspicia. Porque el mundo nos refugia como seres que dependemos de manera contundente de todo lo que vive y existe para vivir.
Cuando marchamos más allá de la solidaridad hacia la re-humanización se despliega un mapa de nuestras estructuras internas humanas y de la manera en que debemos proceder como parte de este mundo.
Amar la madre tierra, es la enseñanza de los pueblos originarios, verla y sentirla como un ser vivo, que nos cobija y nos proporciona lo necesario para vivir. No la destruyamos.
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Espiritualidad
Al nivel espiritual entendemos que somos parte de todo lo que nos rodea y que nuestra percepción determina lo que sentimos, pensamos, discernimos, lo que nos convierte en sentipensantes y lo que entendemos que sabemos. No somos seres individuales y fragmentados, somos seres interconectados con el cosmos. Entonces nuestro desarrollo debe enfocarse en conectarnos con aquello que es humano y que no conocemos solo para descubrir que todo lo humano ya lo conocemos. Entonces el sufrimiento, siempre y cuando lo hemos sentido, lo conocemos. El dolor no se puede poner en jerarquías manufacturadas para establecer una superioridad o inferioridad. El dolor es el dolor, igual el sufrimiento. Lo que tal vez sea distinto, y esto no lo sabemos, es cuánto dura el dolor y con cuánta frecuencia se siente y cuanto duran esas frecuencias. Entonces esto de la solidaridad no tiene que ver con quien siente o no siente dolor o sufrimiento. Tiene que ver con quien vale.
¿Cual dolor y sufrimiento vale? ¿Y por qué valen unos y no otros? A nivel espiritual entendemos que todo el dolor y sufrimiento es compartido. Que aunque pensemos que no nos afecta el dolor y sufrimiento en cualquier parte del mundo, el mismo hecho de tener que pensar esto nos ha afectado. Y al afectarnos, nos conectamos a él. Y al decidir endurecernos y no darle apogeo a nuestra empatía, nos des-humanizamos poquito por poquito. Y al pasar del tiempo, nuestro punto de referencia se reduce y al reducirse nos convertimos en otra cosa, otro tipo de ser humano al que le cuesta acceder el amor hacia nosotr@s mismos.
Es entonces cuando comienzan una serie de fracturas con esto de la solidaridad. Comenzamos a comprometerla y a delinear sus límites. La solidaridad en sí, ya sea recíproca o no, acompaña un proceso por medio del cual se define y se limita. Es entonces por eso que la solidaridad hacia los que menos son reflejados dentro de los ámbitos de poder casi no existe. Siempre se desecha lo que menos se comprende y con lo que menos se identifica. Entonces cuando hay una solidaridad condicional por medio de la cual el que es solidario dirige su mirada, esa solidaridad se convierte en un encuentro con un espejo, no un horizonte abierto y lleno de esplendor. Se conecta con lo que ya se percibe y se conoce. Lo desconocido no se percibe, no se entiende, y no se valora.
La solidaridad basada en la reciprocidad no es en sí una práctica que nos re-humaniza. Para rehumanizarnos necesitamos un compromiso interno de ver lo que no vemos, conocer a quienes no conocemos, a permitirnos el ser deslumbrados de tal forma de que lo que pensábamos que sabíamos desaparezca ante la luz viva de lo que es real. Y que nuestra incomodidad sea encontrada por nuestra propia determinación a mantener la mirada en lo que en realidad está pasando sin tomar atajos hacia aquello que sabemos y que nos hace sentirnos bien. Y que nuestra mirada también integre la belleza, la esperanza, y las posibilidades para nuestra especie y de ende nuestro mundo.
Proponemos entonces la rehumanización, para que todo el dolor y el sufrimiento se entienda. Para que se busque la comprensión aunque sea incómoda. Para que nuestras miradas se enfoquen en el horizonte, no el suelo al lado de nuestros pies. Para que en nuestra conciencia surja la totalidad humana, como pertenecemos a ella, y como ella nos pertenece. Es de esa sensibilidad entonces que podemos partir junt@s hacia un futuro colectivo en el cual podremos encarar el impacto de lo que este monstruo que nos aflige ha desestabilizado en la naturaleza, dentro de nosotros, al separarnos de nuestras condiciones de vida que se aseguraban de nuestra sobrevivencia como partes del mundo repleto de vida.
La solidaridad no debe eximirnos de un compromiso propio ante lo que sucede en el mundo, la solidaridad es también un compromiso con las luchas de otras y otros.
Asimismo, nosotras consideramos que debemos conectarnos entre los humanos, pero sobre todo con lo energético de todo lo que existe, la espiritualidad y el equilibrio va más allá de lo humano y por supuesto, nuestro profundo amor por la vida es una de las formas de concretar esa espiritualidad. Situarnos desde la ecodependencia e interdependencia, la interdependencia nos lleva a reflexionar sobre la necesidad que tenemos unos de otros como seres humanos, esto da mejor sentido a la solidaridad, ya que nos hace ver que la matriz imperial de pensamiento nos ha situado en inferioridad y ha generado estructuras que operan así, dando valor al que jerárquicamente colocan arriba: blanco, hombre, intelectual, del norte, etc., en ese sentido la solidaridad no se convierte en caridad, sino en contribuir al fortalecimiento de los otros sujetos y apoyando en abolir los obstáculos que hay en el camino hacia la vida plena. Esta solidaridad también invita a la autocrítica, a cuestionar y a renunciar a ciertos privilegios.
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Mentalidad
Al incorporar esta sensibilidad espiritual, re-entrenamos nuestra manera de pensar, sentir, analizar, articular, y de actuar. Es entonces que podemos rendir el mito de que vivimos en un mundo incierto y que la incertidumbre es algo nuevo. Hemos sobrevivido a rupturas inmensas ambientales en el pasado sin la ciencia occidental. Hemos encarado plagas, genocidios, invasiones, guerras, dominaciones por seres extraños de otras tierras desconocidas y de costumbres ajenas a las nuestras que nos han parecido, y han sido salvajes, deshumanizantes, humillantes y crueles. Es decir que esto no es nuevo y que cierta narrativa de todo esto comenzó para ciertos de nosotr@s en Septiembre del 1492.
Entonces comenzamos a incorporar la mirada que se fija en el hecho de que hemos sobrevivido, que aquí estamos y que tenemos un futuro que forjar junt@s. Y que ese futuro se base en lo compartido y lo colectivizado no como una transacción recíproca sino como resultado de la universalización del amor, la re-humanización de nuestros sistemas lógicos y nerviosos. Y que al transformar nuestras mentalidades que normalicemos el cariño, acciones de generosidad y propuestas que modelan un enfoque en las experiencias que nos disminuyen para transformarnos en seres capaces de existir de maneras plenas.
Y que desde la experiencia de la plenitud entendemos que en este mundo hay suficiente luz, agua, alimentos, protección, recursos y maneras de vivir por medio de las cuales tod@s, no solamente los seres humanos, sino tod@s podemos participar en lo que es la vida. Entonces adoptamos hábitos de plenitud por medio de los cuales se comparte todo. Absolutamente todo. Y al compartirlo todo dentro de una plenitud completa, no necesitamos controlar recursos, conexiones, acceso, información, atención, y amor.
Que hay todo lo que necesitamos para vivir otra clase de realidad emocional. Compartirlo entre toda la humanidad.
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Emocionalidad
Que desde esa realidad emocional no existe la escasez. Y al no existir la escasez, no es posible perecer ni de hambre, intemperie, abandono, aislamiento, rechazo, y pobreza. Y entonces nuestra orientación es hacia la posibilidad y la esperanza, la alegría, el cariño, el calor humano, Nos podemos rendir a la delicia. Y desde allí expandir esas experiencias casi como se riega un virus, sin esfuerzo y por medio de acciones cotidianas por medio de las cuales nos contagia. Contagiemonos de amor, ternura, alegría, cariño, y calor humano. Que vivamos de manera normal en la delicia, la belleza, las texturas coloridas de las madrugadas y atardeceres. Que los cantos de las aves en cada comienzo y fin de los días nos recuerde a respirar profundo y agradecerle a la vida otro día repleto de belleza y bienestar.
Que esa condición de vida emocional entonces guíe nuestras acciones para que vivamos como se dice con el corazón en las manos.
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Etica
Y que con el corazón en las manos rehusémos contundentemente ser parte de sistemas que nos disminuyen y nos destrozan. Que nos guíe el alma a sentirlo todo lo que destroza y lo que construye y que entonces escojamos construir un mundo que refleja nuestra rehumanización. Y que con una ética basada en una experiencia vivida de un bienestar completo, que forjemos sistemas que salvaguardan la vida, nuestras vidas ya que nuestro dolor y sufrimiento les importará. Extenderán sus intereses a todas las esquinas imperceptibles del imperio y se asegurarán de que se incorporen en la conciencia de todos, de que se iluminen y que se llenen de importancia.
La rehumanización brota desde la transformación interna hacia la expresión externa. Y es entonces cuando miramos la práctica basada en una ética aplicada. Y desde nuestras maneras de ver, nuestra rehumanización es un proceso en el cual la solidaridad es la primera encrucijada ya que se debe extender la percepción para que se pueda discernir lo que es desconocido para que entonces pueda haber un reconocimiento de nuestra existencia como seres humanos que valen y de los cuales también surgen patrimonios humanos. Que nuestros rasgos desencadenen reacciones amorosas y humanas, no el miedo abrumante que les hace desviar la mirada en búsqueda de certidumbres y fórmulas que les quiten la incomodidad que nuestras condiciones de vida les causen.
Sabemos muy bien que es difícil saber qué hacer para poder enlazarse a través de las ilusiones imperialistas. Y sabemos también que hay muchos que deseamos conectarnos de manera trascendental más allá de esas barreras y encajamientos que estos países han ido marcando en nuestras conciencias colectivas.
Entendemos que nuestras realidades son transnacionales y que ya nos juntamos en espacios liminales que todavía no se perciben públicamente en cada uno de estos aparatos internacionalistas que sirven más para reiterar nuestra separación aunque funcionan por medio de los que une: las lenguas, la conciencia, y el ser humanos pertenecientes a la misma especie.
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Acciones
Y entonces proponemos que lo que pueden hacer es lo siguiente:
Conectarse por medio de intercambios basados en el aprendizaje mutuo. Participar en el compartimiento de saberes y sensibilidades por medio de las cuales podemos comenzar a adaptar nuestros sistemas internos para normalizar nuestras conciencias transnacionales y disminuir nuestro aislamiento colectivo en el cual yace el poder del imperio.
Compartir recursos de todas las formas Estos incluyen: dinero, materiales, herramientas analíticas, tecnologías, prácticas emocionales y culturales, experiencias, modos de ser para practicar el desarrollo de conciencias basadas en la plenitud.
Acompañarnos a medida que desarrollamos nuestras luchas para que no estemos sol@s cuando encaramos a este monstruo que es el mismo que encaran ustedes. Así nos damos ánimo, nos mantenemos enfocados en la lucha y compartimos todos los poderes disponibles para asegurarnos de crear un mundo que vibra de vida. Estos poderes no solo son monetarios, políticos o culturales. También son poderes que surgen de saberes ancestrales por los cuales podemos acceder a energías y maneras de saber y ser que continúen alimentándonos para esta lucha por la vida.
Practicar junt@s la ética, emocionalidad, mentalidad y la espiritualidad que nos facilite normalizar esta conciencia colectiva que nos invita a vivir en plenitud.
Crear nuevas máquinas rehumanizantes por medio de la reimaginación del papel de organizaciones intermediarias y la creación de organizaciones rehumanizantes que faciliten nuestra integración transnacional, nuestra participación y liderazgo estratégico a esos niveles para que podamos implementar estrategias a una escala global para encarar efectivamente este sistema global opresor.
Integrarnos conscientemente dentro de su ámbito doméstico ya que ya estamos en él a pesar de que somos invisibles. Esto significa que deseamos que nos incluyan dentro de sus estrategias domésticas porque lo que nos pasa a nosotr@s les pasa a sus vecin@s, sus trabajadores, sus manos de obra, sus jornaler@s, sus limpiador@s, a l@s que cuidan a sus crías, a sus feligreses, y a toda clase de persona en la cuales ustedes dependen para que funcionen sus vidas imperiales. Proponemos que no existe la internacionalidad ya que en este mundo actual, todo es transnacional debido a la globalización de este sistema brutal que nos disminuye a tod@s.
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Es entonces que decimos que sus intereses domésticos deben incluírnos y que nuestros intereses son también los suyos. Que nosotr@s también les incluimos desde los mecanismos internacionalistas por más inadecuados que sean. Ya es hora que estas estructuras artificiales sociales endurecidas por políticas institucionales diseñadas para mantenernos dominad@s por medio del aislamiento y la separación vayan derrumbándose para facilitar los cambios que tod@s necesitamos.
Utilizar nuestros privilegios y nuestro poder para contribuir en la construcción de modos de vida diferentes, que ya están en marcha en muchos lugares del mundo, construirlos según nuestras culturas ancestrales.
Proponernos despatriarcanizarnos y descolonizarnos de lo que hemos aprendido mal.
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Las estrategias y herramientas que proponemos se transformarán para darle auge a otras maneras de ser y de estar junt@s que apenas nos vamos imaginando. Estas estructuras nacionales que apenas cumplen doscientos años en América Latina no deben continuar dominando nuestras imaginaciones. Al globalizarse este sistema imperial nos ha desatado también. Debido a esto apenas vamos comenzando a imaginar estos nuevos sistemas que debemos ir ya forjando. Entendemos que este imperio se va ya cayendo y que nos interesa a tod@s ir desarrollando nuevas estructuras que nos ayuden a forjar nuevas expresiones humanas que nos apoyen a evolucionar a medida también que protegemos nuestros diversos patrimonios los cuales continúan sobreviviendo en un mundo genocida.
Entonces nuestro esfuerzo colectivo pequeñito nos comienza a inspirar a invitarles a que se unan a nosotr@s para que vayamos desarrollándonos de esta forma y de allí para forjar futuros amorosos, llenos de vida, y que nos permita incorporarnos como seres humanos dentro de un mundo que nos necesita y en el cual nunca dejaremos de depender. Somos la mayoría del mundo que nunca irán a la Luna, a Marte, o a ningún otro planeta para comenzar de nuevo. A nosotros no nos toman en cuenta para que seamos inmortales o cyborgs. Somos gente del maíz y de la tierra y no existimos dentro de la imaginación del futuro del imperio.
Forjemos un presente y un futuro juntos en el cual la tierra, el agua, el aire, y el maíz figuran como nuestros grandes maestros de vida.
Con todo nuestro compromiso y calor humano, y por un futuro amoroso que sostiene la vida digna para tod@s,
Comunidades Organizadas
AFEDES & Movimiento Nacional de Tejedoras Ruchajixik ri qana’ojbäl
DESMI, A.C. de Chiapas, México.
For A Loving Future / Por Un Futuro Amoroso
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